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¿Cómo reconocer las necesidades de agua del cannabis?

El agua es esencial para la mayoría de los procesos vitales de las plantas: fotosíntesis, transporte de nutrientes y regulación de la temperatura. En el caso del cannabis, una planta de rápido crecimiento y exigente, un riego adecuado influye directamente en su salud, ritmo de desarrollo, así como en la calidad y cantidad de las flores.

Regar en exceso o con poca frecuencia son errores comunes entre los cultivadores principiantes. Comprender las señales que la planta emite permite reaccionar rápidamente y evitar consecuencias más graves.


Signos de exceso de riego en las plantas de cannabis

1. Hojas caídas y blandas
Contrariamente a lo que muchos piensan, las hojas caídas no siempre indican sed. Cuando hay exceso de agua, se vuelven blandas, caídas y pueden amarillear en los bordes.

2. Crecimiento lento o detenido
Un exceso de agua reduce el oxígeno disponible en las raíces, lo que impide la absorción adecuada de nutrientes y ralentiza el crecimiento.

3. Pudrición de las raíces
Sin un buen drenaje y con una humedad constante, las raíces comienzan a pudrirse, adquieren un color marrón, emiten mal olor y sufren daños en muchos casos irreversibles.

4. Moho y hongos
La humedad persistente favorece el desarrollo de patógenos, especialmente en la fase de floración, cuando los cogollos son densos y propensos a infecciones.


Signos de falta de riego en el cannabis

1. Hojas secas y enrolladas
Las hojas se endurecen, pierden brillo, se enrollan hacia arriba o se tornan marrones en las puntas.

2. Marchitamiento rápido
Una planta deshidratada pierde rápidamente su estructura, se cae y su arquitectura se debilita.

3. Floración lenta
La falta de agua reduce el desarrollo floral, el tamaño de los cogollos y la producción de resina.

4. Deficiente absorción de nutrientes
Sin suficiente agua, los minerales no pueden ser transportados por la planta, lo que puede llevar a deficiencias nutricionales graves.


¿Cómo saber si la planta necesita agua?

1. Prueba del dedo

La forma más sencilla es introducir un dedo en el sustrato entre 3 y 5 cm de profundidad. Si está seco, es momento de regar. Si aún se siente húmedo, es mejor esperar.

2. Peso de la maceta

Con la experiencia, se aprende a identificar si la planta necesita agua simplemente levantando la maceta. Si está muy ligera, es probable que el sustrato esté seco.

3. Medidor de humedad

Para mayor precisión, se pueden usar medidores de humedad de suelo. Son especialmente útiles en cultivos con muchas plantas.

4. Observación del comportamiento de la planta

La planta se comunica por sí sola — basta con observar cambios en la postura, color o textura de las hojas.


¿Con qué frecuencia regar cannabis en cultivo indoor?

No hay una frecuencia universal, ya que las necesidades de agua dependen de diversos factores:

  • Etapa del desarrollo (germinación, crecimiento vegetativo, floración),
  • Tamaño de la maceta y desarrollo radicular,
  • Tipo de sustrato (tierra, coco, hidroton),
  • Temperatura y humedad del ambiente,
  • Intensidad de la luz,
  • Ventilación y circulación del aire.

Por lo general, en fase vegetativa se riega cada 2–3 días. En floración, la frecuencia puede aumentar, llegando incluso a un riego diario si la demanda es alta.


Errores comunes en el riego

  • Regar según un calendario en vez de observar las necesidades reales.
    Cada planta es distinta y requiere atención individualizada.
  • Falta de sistema de drenaje.
    Las macetas deben tener orificios de drenaje para evitar acumulaciones que provoquen pudriciones.
  • Riegos muy pequeños y frecuentes.
    Es mejor regar en profundidad con menos frecuencia, para que el agua llegue a las raíces más profundas.
  • Uso de agua fría.
    El agua debe estar a temperatura ambiente (20–22 °C aprox.). Si está muy fría, puede generar estrés y ralentizar el crecimiento.

Consejos adicionales

  • Utiliza agua con pH adecuado (entre 6,0 y 6,5 si cultivas en tierra).
  • Evita el agua del grifo con mucho cloro — mejor agua filtrada o reposada.
  • Si dudas, deja la planta un día más sin regar — es mejor pecar por defecto que por exceso.
  • Controla el clima del cuarto de cultivo — cuanto más seco y cálido, mayor consumo hídrico.

Conclusión

Comprender las necesidades de agua del cannabis es clave para lograr una planta sana, fuerte y productiva. La observación constante, el control de la humedad del sustrato y evitar automatismos son claves para prevenir muchos problemas. El agua no es solo un elemento de riego — es un regulador fundamental del ritmo vital de tu planta. Recuerda: mejor regar con conciencia que con frecuencia.

Manolo MJF

Hey, I’m Manolo from MJF – your go-to grow buddy 🌿. I blog about everything cannabis cultivation: from sprouting your first seed to harvesting top-shelf buds. Whether you're growing in a closet or a custom-built growroom, I’m here to share tips, tricks, and tried-and-true methods to keep your plants (and you) thriving. Light it up with knowledge and let’s grow together! 💡🌱 #GrowWithManolo

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