Imagina que entras en tu sala de cultivo o revisas tu jardín, y ahí están… manchitas raras en las hojas. Al principio parecen inocentes: unos puntitos amarillos, a veces con un borde marrón. Ojo – podría ser septoriosis, también conocida como “mancha amarilla” de la hoja. Es una enfermedad que ama el calor, la humedad y las zonas donde las hojas están muy juntas y el aire no circula bien.
¿Cómo reconocer la septoriosis antes de que se te vaya de las manos?
Primero aparecen pequeñas manchas amarillas o marrón claro, casi siempre en las hojas de abajo. Y cada día ves más.
El centro de la mancha se pone marrón, rodeado de un halo amarillo, como pintado con un pincel húmedo.
Las hojas se empiezan a secar, se enrollan y terminan cayendo. La planta deja de crecer bien.
Si tienes suerte, sólo afecta unas hojas. Pero si no haces nada, en una o dos semanas solo quedarán tallos pelados.
Importante: ¡No lo confundas con una carencia sencilla! Las manchas de septoriosis son redondas, bien delimitadas, muchas veces con un “agujero” en el centro.
¿De dónde sale y por qué ahora?
Los hongos de la septoriosis adoran ambientes cálidos, húmedos y culturas densas. Se aprovechan del riego sobre las hojas, las noches lluviosas, el aire estancado… Se transmiten por agua, viento y también por herramientas de jardín — unas tijeras sin limpiar pueden llevar la enfermedad de planta en planta como fichas de dominó.
¿Qué hacer para evitar la septoriosis (o frenarla rápido)?
No conviertas tu sala en una sauna: Mantén baja la humedad y deja espacio entre las hojas.
Riega siempre en la base, nunca empapes las hojas.
Pon un ventilador — incluso uno básico ya ayuda muchísimo.
Al ver las primeras manchas: corta las hojas enfermas y tíralas (nunca las compostes cerca del cultivo).
Desinfecta herramientas con alcohol o agua hirviendo después de cada planta enferma.
Cambia el sustrato cada temporada o rota el espacio de cultivo en el exterior.
Y si ya hay manchas amarillas:
Elimina enseguida las hojas afectadas.
Mejora condiciones: más aire, menos humedad, elimina zonas muy densas.
Prueba soluciones naturales: ajo, ortiga, cola de caballo — prepara un extracto y pulveriza una vez por semana.
O usa fungicidas profesionales:
Recomiendo propiconazol (Menara) o Olympus — sigue el prospecto (normalmente cada 2 semanas).
Siempre respeta la dosis recomendada y nunca rocíes cerca de la cosecha.
No descuides la limpieza: limpia las superficies, quita las hojas viejas y ventila con frecuencia.
Dosificaciones muy prácticas (de cultivador a cultivador):
Menara: aprox. 0,4 litros por hectárea junto con Olympus.
Olympus: aprox. 1,5–1,8 l por hectárea.
Clorotalonil, azoxystrobina: aprox. 0,5–1 l por hectárea.
Extracto de ajo: proporción 1/10 ajo—agua, aplica en espray semanal.
Para terminar
La septoriosis no es exclusiva de nadie; es frecuente donde hay humedad y poco aire circulando. ¿La mejor defensa? Actuar rápido y mantener el cultivo limpio y seco. Un poco de higiene, sentido común (y no tener miedo a la tijera) convierten las manchas amarillas en una mera anécdota para compartir en el foro cannábico.
¡Que tus hojas sigan sanas!