No todos los cultivadores disfrutan manipulando botellas de fertilizantes y midiendo el EC en cada riego. Para muchos de nosotros, la magia está en un suelo que vive y que se encarga de alimentar a la planta por sí mismo. El concepto de no-till y de suelo vivo no es una fantasía hippie, sino una práctica probada por los jardineros orgánicos. En el mundo del cannabis también gana cada vez más adeptos, porque ofrece un gran sabor, plantas sanas y menos trabajo. ¿Suena demasiado bonito para ser verdad? Veamos cómo funciona realmente en la práctica.
¿Qué es el no-till y el suelo vivo?
No-till significa literalmente “sin labranza”. En la práctica, significa que no cambias el sustrato en cada ciclo, sino que lo cuidas como un jardín: alimentas a los microorganismos, añades materia orgánica, riegas, y ellos te devuelven una estructura sana y un suelo lleno de bacterias y hongos beneficiosos.
Un suelo vivo es un suelo en el que no solo crece la planta, sino donde funciona todo un ecosistema: hongos micorrícicos, nematodos, bacterias, protozoos. Ellos descomponen la materia orgánica en formas que las raíces pueden absorber. ¿Tu papel como cultivador? Ser el jardinero de este micro-mundo, no solo el “proveedor de fertilizantes de botella”.
Mezcla base para no-till
La base es un suelo bien preparado que contenga:
- base – turba o tierra sin abonar, opcionalmente un poco de coco tamponado,
- materia orgánica – compost, humus de lombriz,
- aireación – perlita, piedra pómez, cáscaras de arroz,
- minerales – polvo de roca, dolomita, harina de algas.
Receta de ejemplo para un saco de 50 litros:
- 20 L de turba,
- 15 L de compost,
- 10 L de humus de lombriz (unos 12–15 EUR por 20 L),
- 5 L de perlita o piedra pómez,
- un puñado de polvo de roca,
- 2–3 puñados de harina de algas (unos 8 EUR/kg).
Esta mezcla debe “madurar” durante varias semanas: los microbios empiezan a trabajar y obtienes un sustrato que puede servirte durante años.
Top-dress — alimentar desde arriba
Ya que no reemplazas el suelo, ¿cómo repones los nutrientes? La respuesta: top-dress, es decir, añadir en la superficie enmiendas orgánicas. Estas pueden ser:
- humus de lombriz,
- harina de huesos,
- guano,
- algas en polvo,
- biochar.
En la práctica: esparces una fina capa (2–3 cm) en la superficie de la maceta, riegas, y los microbios y lombrices hacen el resto. ¿Coste? Un top-dress por ciclo y por planta cuesta unos 5–10 EUR, según los materiales que utilices.
Tés de compost — worm tea y compañía
Un “té” para plantas es una infusión hecha con compost o humus de lombriz, aireada y fermentada en agua. El objetivo no es aportar NPK en líquido, sino inocular el suelo con microorganismos vivos.
Receta más simple:
- un cubo de agua (reposada o filtrada),
- una bolsa con 2 tazas de humus de lombriz,
- 1 cucharada de melaza (alimento para bacterias),
- una bomba de acuario para aireación.
Después de 24–36 horas tienes un té listo para regar el suelo. ¿Efecto? Un boom microbiológico, mayor resistencia de la planta al estrés y un sistema radicular más sano. El coste de un té es literalmente de 1–2 EUR.
¿Tiene sentido en indoor?
Esa es la pregunta más común. En exterior, el no-till y el suelo vivo son obvios, pero en interior muchos temen que:
- huela mal,
- aparezcan mosquitas y otras plagas,
- sea difícil controlar los nutrientes.
La verdad es: si tu growroom está bien ventilado y limpio, el no-till funciona perfectamente bajo LEDs en una carpa. La mayor diferencia está en el estilo: en lugar de esterilidad y “química embotellada”, tienes un mini-ecosistema en la maceta.
¿Rendimientos? Un poco menores que en coco mineral (por ejemplo 350–450 g/m² en lugar de 500–600 g/m²), pero el aroma y el sabor superan con creces a los fertilizantes de botella. Precisamente por eso muchos cultivadores eligen este camino.
Errores comunes
- añadir demasiado compost fresco y sin descomponer → riesgo de moho,
- falta de aireación en el té (resulta un líquido ácido en lugar de un probiótico),
- dejar secar el suelo → los microbios mueren, el suelo también “muere”,
- exceso de entusiasmo: demasiados top-dress de golpe llevan a la salinización.
Conclusión
Si buscas simplicidad y naturalidad, el no-till y el suelo vivo son un gran camino.
- Tienes un suelo que dura años.
- Alimentas el suelo en lugar de la planta.
- Puedes reducir los fertilizantes de botella a cero.
No es un método para todos: si tu prioridad son los gramos por vatio, el coco y los fertilizantes minerales serán más eficientes. Pero si quieres que tu planta muestre todo su aroma y que tu growroom se parezca más a un jardín que a un laboratorio — entonces realmente es tierra que trabaja por ti.