No todos los cultivadores tienen el lujo de un sótano propio o de una cabaña en el bosque. Muchas veces jugamos en condiciones donde el vecino escucha mejor que un sabueso, y mamá puede “pasar solo un minuto”. Por eso el stealth no es un capricho, sino una necesidad. Y no se trata solo del olor, sino también del ruido del ventilador y de la apariencia del equipo.
En este texto vamos a revisar tres pilares de un cultivo discreto: variedades de bajo olor, armarios DIY ingeniosos y lo que realmente aportan las carpas de cultivo. La meta: que tu humo acabe en los frascos, no en la escalera del edificio.
Variedades de bajo olor — shortlist
No existe una marihuana totalmente “sin olor”. Pero sí hay cepas que, durante la floración, no impregnan el barrio entero con su aroma. Para los cultivadores stealth, eso es oro.
- Northern Lights (clásico índica) — variedad antigua y confiable, poco olorosa, floración rápida (7–8 semanas). Aroma más terroso que “skunky”.
- Blue Mystic (Nirvana Seeds) — aroma ligero y dulce, que no domina el piso. Crecimiento compacto.
- Green Crack Auto (FastBuds) — grandes rendimientos, pero aroma frutal, relativamente suave.
- Master Kush (Dutch Passion/White Label) — perfil terpénico discreto, crecimiento tranquilo, ideal para indoor.
- Lowryder #2 (auto) — leyenda del stealth: pequeña, rápida y poco olorosa.
Tip: las autoflorecientes suelen ser más pequeñas y desprender menos olor — un plus extra para el sigilo.
Armarios ingeniosos — DIY stealth box
Si no tienes una carpa y no quieres que tu cultivo parezca un laboratorio de la NASA, puedes construir o adaptar un armario común.
Reglas básicas:
- Sella las fugas de luz: incluso un mínimo resplandor LED por la noche puede ser sospechoso.
- Amortigua el ruido: forra el interior con espuma acústica o alfombrillas de coche. Monta el ventilador sobre soportes de goma.
- Filtro de carbón imprescindible: sin él, olvídate del stealth. Incluso con variedades de bajo olor.
- Apariencia exterior: no conviertas tu armario en Frankenstein con cables por todas partes. Lo mejor es que parezca un armario normal o un mueble de TV.
Algunos incluso construyen mini-boxes en cajas de PC — poco productivos, pero ultra discretos.
La carpa — lo que realmente aporta
Una carpa de cultivo es un punto medio entre una box casera y un growroom completo. En cuanto a stealth, tiene ventajas y desventajas.
Ventajas:
- Estructura lista para usar, fácil de montar y mover.
- Pasajes integrados para cables y ventilación.
- Fácil instalación de filtro de carbón.
Desventajas:
- Se ve como… una carpa de cultivo. Difícil convencer a alguien de que es “solo un armario”.
- El ruido del ventilador y las vibraciones pueden transmitirse.
- La carpa en sí no retiene el olor — el filtro es obligatorio.
Conclusión: las carpas dan comodidad y control, pero no son stealth. Si tienes que esconderte de compañeros de piso o padres, es mejor un mueble disfrazado.
Control del olor en la práctica
El stealth es 80 % gestión del olor. Incluso el ventilador más silencioso no servirá si el aroma se filtra por las paredes.
Elementos clave:
- Filtro de carbón — cámbialo cada 12–18 meses.
- Presión negativa en la carpa/box — el aire debe aspirarse hacia dentro, no salir.
- Ozono y geles neutralizadores — opcionales, pero úsalos con cuidado (el ozono daña a las personas y a las plantas).
- Frascos para el curado — porque durante el secado y curado es cuando el olor es más fuerte.
Stealth no significa paranoia, sino planificación inteligente. Si eliges variedades menos aromáticas, construyes o compras una box discreta e inviertes en un buen filtro de carbón, tienes el 90 % del trabajo hecho. El resto son detalles: amortiguar los ventiladores, evitar fugas de luz, mantener el orden.
Así podrás disfrutar de tu hierba en paz — el humo se queda en el frasco, y tu piso no huele a nada.
